Pasamos muchas horas de nuestra vida durmiendo. Esto se debe a que el sueño juega un papel esencial en nuestra salud física y mental. Durante el sueño, nuestro cuerpo se restaura, limpia y regenera. Fortalece el sistema inmunológico y es importante para la salud mental: regula el estado de ánimo y permite la consolidación de la memoria.
¿Cuántas horas debo dormir?
Las recomendaciones de sueño varían según la edad. Los adultos necesitan entre 7 y 9 horas de sueño, los adolescentes entre 8 y 10 horas, los niños en edad escolar entre 9 y 11 horas y los preescolares entre 10 y 13 horas. Los bebes pueden necesitar de 12 a 14 horas de sueño y los recién nacidos pueden requerir de 14 a 17 horas de sueño por día.
Sin embargo, algunos individuos se salen de este promedio, estos son los denominados “dormidores cortos”: aquellas personas que con 4 a 6 horas de sueño se sienten descansadas y logran con adecuado rendimiento en sus tareas durante el día. También existen los “dormidores largos”: aquellos que necesitan 20% más del promedio normal de sueño ¡Más que el tiempo que dormimos, lo importante es tener un sueño reparador!
¿Qué podría pasar si no duermo bien?
La falta de sueño puede tener graves consecuencias en el rendimiento cognitivo y emocional: reducir la capacidad de concentración, fallas de memoria, aumentar el tiempo de reacción psico-motora y afectar a la toma de decisiones.
Puede provocar irritabilidad, aumentar la ansiedad y la depresión y reducir la capacidad para gestionar el estrés y regular las emociones.
Algunos trastornos del sueño comunes:
Insomnio: puede presentarse como insomnio de conciliación (dificultad para quedarse dormido), insomnio de mantenimiento (cuando se producen despertares frecuentes durante la noche) o insomnio por despertar precoz (cuando nos despertamos antes del momento deseado y no logramos quedarnos dormidos nuevamente).
Apnea del sueño: ocurre cuando la respiración se detiene repetidamente durante el sueño. Los síntomas más frecuentes son: ronquidos fuertes, pausas en la respiración durante el sueño observadas por el compañero de cama, somnolencia diurna excesiva, fatiga, dificultad para concentrarse y despertares frecuentes durante la noche.
Síndrome de piernas inquietas: se manifiesta como una sensación incómoda o de inquietud en las piernas durante períodos de descanso o inactividad. Especialmente en la noche. Esto genera que el paciente tenga un impulso irresistible de mover las piernas para mejorar esta sensación.
¿El uso de pantallas antes de acostarte afecta la calidad del sueño?
La luz de las pantallas de los dispositivos electrónicos puede suprimir la producción de melatonina (la hormona que nos ayuda a dormir), dificultando conciliar el sueño y reduciendo la calidad de este. Además, el contenido estimulante o estresante puede sobre estimular la mente e interferir con el proceso de relajación necesario para dormir bien.
Hábitos para mejorar la calidad del sueño:
Se pueden adoptar varios hábitos para mejorar la calidad del sueño (esto se conoce como higiene del sueño). Algunas estrategias son:
Establecer un horario para irse a la cama y levantarse (y cumplirlo incluso los fines de semana).
Crear un ambiente propicio y relajante para dormir.
Use la cama sólo para dormir, así su cerebro asociará la cama a esta actividad: evite realizar otras actividades como ver televisión, estudiar, comer, leer o trabajar desde la cama.
Limitar el consumo de estimulantes como por ejemplo café, chocolate y té. En el caso de consumirlos que sea en las horas de la mañana y primeras horas de la tarde.
No realizar actividad física o estimulante antes de irse a dormir.
Tomar cenas ligeras.
No mire el reloj para contar “cuántas horas quedan de sueño”
Resuelva sus preocupaciones antes de irse a la cama: en una libreta escriba lo que le preocupa y las posibles soluciones que tienen estos problemas. No se lleve los problemas a la cama.
Lo más importante para un buen dormir, es manejar el estrés y la ansiedad, ya que son una de las causas más frecuentes de insomnio.
¿Existe una relación entre el sueño y la salud del corazón?
El sueño juega un papel importante en la salud cardiovascular: la falta de sueño puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares como presión arterial alta, infarto agudo de miocardio y accidente cerebrovascular. Un sueño adecuado y de calidad ayuda a regular las cifras tensionales, reducir la inflamación y mantener la salud del corazón.
¿Es cierto que para aprender hay que dormir?
El sueño es fundamental para la consolidación de la memoria y el aprendizaje. Durante el sueño, el cerebro procesa y almacena la información, fortaleciendo las conexiones neuronales y mejorando la retención del conocimiento. Dormir lo suficiente y tener un sueño de calidad es esencial para un óptimo rendimiento cognitivo y académico.